El vino presenta un clásico color rosado con reflejos rubí. Aromas a cerezas y frutillas combinado con la vainilla que le aporta el roble. Fresco, frutado, amable al paladar, fácil de tomar y de final suave y largo que deja una sensación de armonía. El 20% de este vino fue fermentado y estacionado en barricas de roble francés por tres meses. Servir entre 8 y 10 grados centígrados.